Bienvenida al rincón oculto de Pikorúa.
Al corazoncito desinhibido de esta marca.
A mi espacio especial para hablar con vos.
Entonces ahora, agarrate.
Acá las aguas se dividen.
Acá empiezo a hablarte sin filtros. ¡Y sin correctores!
Por si no me conocés, primero me presento.
Soy Adriana, pero eso seguro ya lo sabías.
Y no te cuento nada más porque, en el fondo, sé que no te interesa saber sobre mí en particular.
Aunque, si estás acá tenés cierta expectativa ¿no?
¡Querés saber de qué se trata esto!
Lo que te puedo decir es que, si te suscribís, no será a una newsletter más.
¿O querés hacerlo a otra de esas, que te llenan la casilla y que ya te da pereza hasta el desuscribirte?
…Y no soy una mina metepúa. ¡Jajaja! Bueno, un poquito manija sí.
Ok, si te anotás sabrás de qué se trata esto.
Sino, no.
La decisión es tuya.
Si lo hacés, andá luego a tu buzón de correo y buscá tu primer mail.
Puede estar en spam, promociones o correo no deseado.
Abrilo y pasalo a tu carpeta principal.
Asegurate así, de recibir los siguientes correos.
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¿Y?
Todavía estás acá. El formulario está arriba.
Mirá que hasta que no lo completes, y lo envíes, no vas a recibir naaaaaada en tu casilla que venga tipeado con estas manitas.
Ok.
Ok.
Si seguís acá es que no querés nada de mí o… es porque sos una obse y no querés dejar de leer nada.
Si ese es tu caso ¡sos de este equipo!
Ya me caés bien.
Te dejo de nuevo el formulario para que no te canses buscando el de arriba.
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